Entre estas lecturas que este año me han acompañado, quiero destacar el descubrimiento que he hecho de la corriente estética y de comprensión del mundo basada en la fugacidad y la no permanencia de las cosas: el Wabi Sabi.
Esta corriente japonesa, enlazada al Budismo, hace referencia a la capacidad de ver la belleza en la imperfección, de apreciar la sencillez de las pequeñas cosas que la naturaleza y la vida en general nos regala diariamente. Esta idea zen, corriente estética o filosofía de vida, está cada vez interesando más a artistas y diseñadores occidentales y de paso se está colando en campañas de marketing para llamar la atención de un público cansado del estereotipo griego de belleza y perfección. Existe en Japón una técnica artística consistente en reparar objetos (una taza, un plato, etc.) rellenando sus grietas con oro o plata, para de este modo resaltar sus “cicatrices” ya que éstas son parte de su historia y representan un momento único en su vida. Esta técnica, el Kintsugi, entronca con la filosofía Wabi Sabi ya que las imperfecciones se destacan haciendo más bello el objeto.
Bajo esta corriente están surgiendo en el sector del retail, tiendas que combinan la venta de objetos de decoración (antiguos o restaurados), con moda y arte, en los que destaca la belleza de lo natural, lo artesanal y lo simple (ver por ejemplo www.wabisabigallery.com). El estilo Wabi Sabi en moda se ha asociado sobre todo a la fiebre vintage o al DIY. Los vaqueros rotos, los linos desgastados y descoloridos, materiales y prendas envejecidas, etc. son ejemplos de cómo la moda incorpora el concepto de imperfección a prendas cotidianas. Es un concepto en el que la moda está al servicio de las singularidades (e imperfecciones) de las personas. En cuanto a las campañas de publicidad, es cada vez más frecuente el uso por parte de las marcas de modelos que destacan por características poco usuales (pecas, manchas, etc.) que como en el Kintsugi, las hace más bellas y llamativas. En este sentido quiero destacar la campaña de Desigual de la primavera-verano del 2015 que bajo el eslogan “No dejes a nadie decidir lo que es la belleza para ti”, y de la mano de la modelo con vitíligo Chantelle Winnie, reivindica la belleza plural de las mujeres.
Si quieres profundizar en esta corriente te recomiendo el libro de Leonard Koren, “Wabi-Sabi para artistas, diseñadores, poetas y filósofos” (Renart, 2008). Y para terminar con una sonrisa (sobre todo si te gusta la música rock&blues de “The Black Keys” ), te dejo con este vídeo con mucho Wabi Sabi.