Una ventaja de las tiendas minoristas sobre las tiendas en línea es que tienen la capacidad de entregar una experiencia más significativa al consumidor. El audio, el tacto y el olfato son sentidos que juega un rol importante durante el proceso de compra.
Durante el recorrido de compra el consumidor se siente fascinado por la colocación de los productos; la distribución implementada con un plan de shopper marketing genera estímulos que invitan a apreciar los productos de una manera que no hubiera sido posible. Debido a que se presenta una propuesta visualmente atractiva, siendo esta presentación el idioma de la tienda o la marca.
En este sentido, el visual merchandising da acceso a una comunicación particular con el cliente. Los mejores ejemplos de visual merchandising son las tiendas departamentales que a través de una distribución original, la colocación de una determinada iluminación, así como el servicio complementario generan en conjunto una experiencia que hace más atractiva la exhibición de los productos.
El apoyo visual de un producto es un factor que influye en la decisión de compra. En suma, elementos como el material POP incrementan la atención de un comprador, lo que también puede desencadenar compras no planificadas.
De acuerdo con datos de Ideas for leaders, es más probable que un comprador realice una compra no planificada si se trata de una compra de placer. Si bien, las promociones generan en los compradores motivos para realizar una compra no planificada, no necesariamente fomentan la compra real.
Al respecto, se indica que el comprador tiene más probabilidades de realizar la compra si está comprometido, es decir, si se para cerca del lugar de exhibición, si se toma un tiempo para considerar su compra o, incluso, habla con un promotor e la tienda.
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