Para sorprender a sus clientes en el punto de venta, la pescadería Steve Hatt recurrió a una acción BTL, que consistió en colocar un tiburón aparentemente vivo y deseoso de comer carne humana.
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Las reacciones fueron diversas: espantos, gritos, saltos, pues el factor sorpresa fue que el tiburón era parte de la oferta de la tienda, pero cuando la gente se acercaba a él, éste lanzaba una mordida, gracias a un dispositivo que fue colocado en su interior.
Esta acción es parte de una estrategia de Prankvertising que se caracteriza por jugarle bromas a los clientes. La pregunta es si después de los sustos las personas regresarán al punto de venta.
Te invitamos a que eches un vistazo a este video donde se muestra a detalle el truco publicitario: