A menos que vivas debajo de alguna bonita piedra, seguro escuchaste o leísta algo sobre que un vehículo autónomo de Uber atropello (y lamentablemente produjo el deceso) de una ciclista en Arizona. Si bien este es un hecho lamentable, me gustaría proponer aquí una perspectiva un poco más fría, con mirada hacia adelante, y preguntarnos si realmente este hecho no habría sucedido de no ser por los vehículos autónomos y si en realidad esto es un riesgo para la sanidad vehicular de las ciudades o no.
Primero me parece importante dejar una nota que he encontrado en varios medios: el proyecto de vehículos autónomos de Uber es uno de los más rezagados entre los de este tipo. Para que nos demos una idea, según el New York Times, los vehículos de Waymo (antes proyecto de Google) manejaron por sí mismos cerca de 9,000 kilómetros antes de que necesitaran ayuda del humano encargado de la supervisión de la conducción; en contraste, Uber estaba batallando para superar los 20 kilómetros seguidos en modo autónomo.
Entonces estamos diciendo que el proyecto menos desarrollado, aun así, tratando de superar las pruebas más complicadas con pasajeros incluidos, es el que está haciendo que tengamos dudas de si queremos (o tendremos, para los que quieran) vehículos que eviten que tengamos que aprender a manejar en algún momento.
Para los escépticos, que seguro los hay todavía, que creen que una máquina nunca va a poder hacer esas cosas tan complejas en nuestro lugar, los invito a que hagan un par de experimentos: busquen a alguien de menos de 25 años a su alrededor y pídanle que busque información de algo, lo que sea, en una enciclopedia impresa, cronómetro en mano y poca expectativa de éxito porque no, no tiene idea de que esas cosas existían; ahora busquen a alguien menor de 20, sin teléfono que llegue a una dirección que desconoce, le pueden prestar una Guía Roji(¿una qué?) si quieren. Si hemos reemplazado unas habilidades por otras, así como muchos de nosotros no podríamos dirigir una calandria, no veo por qué no manejar un coche se volvería algo lúdico y deportivo, pero no de nuestra vida diaria.
Ahora, para los castigadores, una nota que leí me llamó mucho la atención. Esta nota sugiere que el vehículo tendría que haber sido capaz de detectar al peatón, aunque parezca imposible que un humano lo podría hacer. Si han podido ver el video que liberaron sobre el accidente (y si no, discreción sugerida, si bien no contiene violencia es un tanto impactante) efectivamente parece imposible que un ser humano evitara el accidente; sin embargo, damos por hecho que el vehículo tendría que haber sido capaz, y hace mucho sentido.
Mucha de la tecnología de navegación de los vehículos autónomos está basada en una serie de cámaras que reconocen los objetivos a su alrededor (funcionando el control crucero adaptativo en algunos de los vehículos usuales, por ejemplo) con lo que están “simulando” el ojo humano. Pero una máquina podría ir mucho más allá: radares, resonancia, sensores de movimiento, de proximidad, intercomunicación, etc. Podrían estar más conscientes de su entorno que los conductores humanos.
Con un radar suficientemente inteligente como para darse cuenta de que había un objeto que coincidiría en trayectoria con el auto, el accidente de Arizona se habría evitado; y esto no es tecnología de ciencia ficción ni prohibitiva (comparada con lo que ya traen encima esos autos). Entonces, una vez superado el tema social y el impacto que genera que haya ocurrido un accidente fatal, parecería que sí hay jugadores que están haciendo real la idea de tener vehículos que nos muevan de un lado a otro sin que tengamos que hacer algún esfuerzo mayor.