En pasados días vivimos una tradición católica arraigada en millones de feligreses en el mundo, además de ser la excusa perfecta para generar una de las temporadas más prolíficas en materia de turismo también es un referente cultural, pues como explicaba en mi colaboración de la semana pasada, la Semana Santa y la de Pascua, son un riquísimo recordatorio de que “en el marketing la vida es más sabrosa”.
Después del preámbulo un tanto cantinflesco, me intereso en realmente introducirlos, mi encomienda de esta semana es la de hablarles del networking, pero mi ambición es hacerlo desde una visión mayor a la habitual, es más allá de repartir tarjetas, hacer reuniones y contestar correos de felicitaciones.
Hace años descubrí una forma en la que es más conveniente hacer relaciones públicas, gracias a ellas, he tenido la oportunidad de cumplir muchas de mis metas personales y profesionales.
El punto principal es entender que todas las personas debemos de ir por la vida sin cuestionarnos el tema del uso, pues todos sin excepción, estamos en el universo para servir, me queda claro, que algunos exageran para bien y otros tantos lo hacemos para mal.
Usarse los unos a los otros, consiste en ver el potencial de las personas, luego encontrar la moneda por la cual están dispuestos a intercambiar su talento, al mismo tiempo, consiste en hacer una profunda y reveladora contrición sobre nuestras virtudes y oferta de talentos, pues lo que suele fallar en el tema del network por lo general son tres cosas:
a) Un exceso por intentar o por sacar provecho de los demás, son las típicas personas que solamente te buscan cuando necesitan algo, luego desaparecen. Es correcto usar, pero siempre y cuando se este dispuesto a también ser usado.
b) Una terrible costumbre por ir por la vida haciendo una eterna campaña de autopromoción, si bien es cierto que debemos tener claro lo que ofrecemos, lo que empalaga es que sea tema de todas las conversaciones.
c) Otro de los puntos es la inflexibilidad, no se pueden construir redes y alianzas en medio de “tacos con mucha crema”, para generar empatía se debe evitar una postura de semidiós.
Recuerde que el mismo Jesucristo nos presentan el mejor caso de éxito en la construcción y empleo de las redes sociales, para conseguirlo hizo una pirámide discursiva, además subversiva y fácil de replicar, Cristo exhibe el carácter primitivo y fundamental de usarnos, pero de usarnos tanto, que debido a los frutos de ese uso, amemos los resultados.