La generación “Y”. Esa generación que hoy en día representa el 27% de la población mundial. Los llamados Millennials, chicos y chicas que oscilan entre los 19 y los 35 años de edad, que utilizan los mensajes instantáneos como estilo de comunicación y que les tocó vivir los ataques a las torres gemelas en Nueva York.
Son autosuficientes y autónomos. Valoran la participación y la colaboración, prefieren compartir a poseer y exigen nuevos valores como la transparencia, la sustentabilidad y el compromiso social. Y es justo en el ámbito del compromiso social que recién nos dieron un gran ejemplo.
Como todos sabemos, el pasado 19 de septiembre el Valle de México y su zona metropolitana así como numerosas poblaciones de los estados de Morelos y Puebla sufrieron un devastador terremoto que arrebató la vida a decenas de personas, despojó a miles de sus hogares y a todos de nuestra tranquilidad.
Pues bien, aún cuando es característico de esta generación el que sean fieles a sus creencias, que no tengan ningún reparo al abandonar su empleo simplemente porque ya no les es motivante y que hasta cierto punto sea complicado, o muy complicado, para las empresas reclutarlos o retenerlos, es ahora que nos demostraron su gran capacidad de sentir el dolor ajeno y actuar en consecuencia.
Esta generación, a través del uso de las redes sociales, se organizó con el único fin de brindar ayuda a la población damnificada. Ayuda en forma de donaciones, apoyando para la recolección y clasificación de lo recibido en los centros de acopio, formando cadenas para quitar escombros, para servir como enfermeros o dar de comer a quien lo necesitara.
Sin importar si vestían a la moda o no, si venían de la zona norte o poniente, demostraron que son muy capaces de desprenderse de lo material y dar lo mejor de sí mismos por otros.
Quedó de manifiesto que cuando se comprometen con algo lo hacen muy en serio. Y no tengo nada más que decir que gracias, gracias por su humanidad, gracias por su generosidad, su compromiso y su fe. Por su perseverancia y su motivación que claramente fueron inspiración para muchos otros.
Hoy no me queda duda que México puede y será diferente porque ustedes marcan la diferencia. ¡Bravo muchachos!