Esta semana, la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México publicó una declaratoria para modificar los taxímetros y crear una aplicación para que taxis de la ciudad puedan “competir” con Uber o Cabify. ¿Puede una simple herramienta competir con un Buen Servicio?
En mi opinión, suena inocente. Me parece muy preocupante que veamos a la tecnología como la fórmula mágica para la competividad y no como lo que es: una simple herramienta para implementar una estrategia, ésta última, la verdadera esencia del éxito o fracaso de un servicio comercial.
Me explicaré mejor. Estoy totalmente a favor de la creación de una aplicación para los servicios de taxi que nos beneficie a todos. Por una parte, porque es ya es posible tener una mayor transparencia en el cobro de tarifas y por otra, porque la tecnología que registre el recorrido de los taxis tendría múltiples ventajas, principalmente en temas de seguridad. Sin embargo, no estoy de acuerdo en que veamos a esta tecnología (tan urgente para el servicio de taxis) como la lámpara de Aladino y en cambio, si la consideremos una parte importante del todo. Una fracción de la estrategia en pro de ofrecer un servicio por lo menos competitivo y acorde a nuestros tiempos.
Me parece que las grandes ventajas competitivas de iniciativas como Uber o Cabify, no están en el uso de la tecnología per se, van más allá. Por una parte, están en el servicio que ofrecen al cliente final, y por otra, en el servicio que dichas compañías ofrecen a sus propios colaboradores (choferes) y cuyo resultado también se refleja en el primer factor. Las condiciones laborales equitativas y una justa retribución trabajan por si solas. Esto, es claro y perceptible en todas las industrias, incluyendo el ámbito del Below The Line, donde actualmente existe un gran enfoque por los medios tecnológicos, pero hemos olvidado que el buen servicio sigue siendo el rey de una gran experiencia y repercusión en ventas.
Así pues, creo que una aplicación o cualquier desarrollo tecnológico, sólo es un instrumento más, con muchas ventajas eso sí, como el hecho de que podemos cuantificar más y mejor nuestras acciones, pero no nos perdamos, la esencia es y siempre seguirá siendo la misma: sorprender muy gratamente a nuestro target.