“Llevar la palabra de Dios a la humanidad por medio de la adoración, ungida con lo que el Santo Espiritu me pone a escribir. Mi meta: ¡Glorificar a Dios!” El Pastor Salomón
Desde hace cerca de un mes sigo al Pastor Salomón. Sucedió mientras actualizaba mi cuenta personal en Facebook, uno de esos días en que no ves algo novedoso y de pronto te topas con un perfil que te captura.
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El perfil es una caricatura que promueve el cristianismo en Santo Domingo, de hecho el primer gancho fue la información, la cita inicial es parte de ella. El espacio está creado para difundir un tema religioso, lo hace de forma amena y atractiva. Para que se den una idea, el perfil ha recibido 1088 calificaciones, las cuales le dan 4.5 estrellas, de las 5 que se pueden otorgar.
Los demás elementos son de subrayarse, por ejemplo, la cantidad de seguidores, pues 331,736 se han unido desde el 10 de octubre de 2012. Dentro de la métrica de los likes es increíble que sus publicaciones han contado con más de 8 mil “me gusta”, además de que cada una de ellas se comparte hasta 600 veces (Ver página).
En Twitter su actividad se encuentra en crecimiento: sus 8,340 seguidores demuestran que tiene madera de convertirse en un TL favorito, quiero precisar que la interacción aún posee muchas posibilidades, pues en promedio cada tweet tiene se replica o se vuelve favorito 2 o 3 veces (@elPastorSalomon).
Como usted sabe, la iglesia católica pasa por una crisis mundial, misma que se ha reducido debido al nuevo Pontífice y las líneas de comunicación que se están empleando: los insigths más evidentes son la espontaneidad, la alegría y el amor. Mi madre es seguidora del Papa en Facebook y con frecuencia la ve emocionada por los contenidos, en cambio yo, sigo a Francisco por Twitter y me encuentro temeroso de eliminarlo, no vaya a ser el diablo y se enoje.
Comento lo anterior porque es interesante que las iglesias estén apostando por las tecnologías, por el marketing y por los medios de comunicación, es decir, se están moviendo donde la gente interactúa, han dejado los templos por un momento en la búsqueda de devolverles público.
El caso anterior presenta varios puntos clave:
1. La integración de un proyecto de Social Media, un vínculo de contacto.
2. Personifica un mensaje, la caricatura no ridiculiza, sino que genera empatía.
3. Se tocan temas convencionales y nuevos, captando así al público tradicional y al que le dedica tiempo a las redes sociales.
4. Hace falta uniformidad en la identidad de imágenes y citas, pues sólo algunas cuentan con firma. Cuestión de pulir y programar los contenidos.
Todos tenemos algo que decir, lo importante es la forma en que lo decimos. Al igual que en la religión, las redes sociales requieren de constancia, de buena fe y de voluntad.
¿Conoces un caso similar? Compártelo al pie, así podremos conocer más sobre el tema.
Pueden ir en paz. #SanArturitoDeAsís