Sé que muchos de nuestros lectores por múltiples motivos no ven o solo ven ocasionalmente los Canales 2, 4, 5, 7, 9, 11, 13 22 y 40 de la Televisión Abierta, pero desde mi punto de vista su principal motivo es que tienen otros medios de acceso a la información, el entretenimiento o los deportes, ya sea por medio de los distintos portales de Internet, Televisión de Paga en sus distintas modalidades como Cable y DTH o el servicio de Streaming ofrecido por @Netflix, @Hulu o @AppleTV, solo por mencionarles algunos.
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La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a la 57ª Semana de la Radio y Televisión organizada por la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT) y sin dejar de lado el nivel de los expositores y la calidad de las conferencias, fue que me puse a pensar qué pasaría si un día ya no viéramos televisión o si un día cualquiera, todos estos Canales de Televisión Abierta dejaran de transmitir sus programas y noticieros para dar paso a una pantalla negra y silenciosa, es decir, llegaríamos a la “NADA TELEVISIVA” y estoy seguro de que no sabríamos qué hacer porque eso de la lectura, el deporte o la meditación no se nos dan tan fácilmente o ¿me equivoco?
Estoy cierto de que muchos me dirán que la Televisión Abierta no les hace falta porque lo que informan Joaquín López-Dóriga o Javier Alatorre en sus respectivos noticieros no es “la verdad” según ellos, porque les gusta el estilo incendiario de Aristegui o algunos más fashion solo leen el @HuffingtonPost o ven a @JimmyFallon en su Late Night diariamente.
También habrán otros más que se quejen de Laura Bozzo y del contenido de sus programas o algunas señoras me dirán que la Novelas (Comedias dixit) ya no son como cuando salían Verónica Castro o Lucía Méndez y que según entiendo ya son abuelitas.
Sin embargo, todos esos comentarios son lo de menos ya que la Televisión Abierta mexicana lleva formando parte de los procesos sociales, culturales y educativos desde hace más de sesenta y cinco años y no son menores los momentos dónde la Industria de Radio y Televisión ha acompañado a México en sus horas más difíciles, sino me creen, ahí tenemos como ejemplo el Terremoto de 1985 o más recientemente el Huracán “Patricia” mismo fenómeno que contó con la coordinación del Gobierno Federal y apoyo de la Radio y Televisión, para intentar abatir -en la medida de lo posible- los destrozos que pudieren ocasionarse y que hasta el mismo presidente Enrique Peña Nieto reconoció de viva voz y hace algunos días en la tradicional Comida de la CIRT.
Desde mi punto de vista la Televisión Abierta es valiosa para todos, pero pienso que su valor se multiplica en la medida en que las clases menos favorecidas han aumentado en nuestro país y además carecen de los medios económicos necesarios para insertarse en la vida moderna, para informarse o simplemente para entretenerse sino se tiene dinero para ir a un cine, un teatro o cualquier otro tipo de actividad recreativa.
Finalmente, tanto usted como yo estamos en nuestro derecho de tener “UN DÍA SIN TELEVISIÓN”, pero lo que no tenemos derecho es de tomar ventaja de los que no tienen siquiera un aparato receptor para informarse debidamente, ya que la Televisión Abierta es necesaria y nos guste o no, seguirá entrando a nuestros hogares día con día, ya que al final con solo prenderla estará ahí dentro el México en el que vivimos.
¡Hasta la próxima y síganme en Twitter! @Benavideslaw