Yo, desde luego, porque mi trabajo de los últimos años se había encaminado para llegar a ese momento, inevitable -sólo no sabíamos cuándo pasaría y yo quería estar lista–, que cimbró a los medios informativos por tratarse del último gran personaje de estado del Siglo XX que sobrevivía y que, además, lo había hecho como ningún otro: 70 años de poder y 96 de vida y conoció a todo Dios.
Influencer royal
Una bomba noticiosa acaba con cualquier otra actividad y entonces recordé cómo cuando Isabel II -y yo con ella-, no se hablaba de otra cosa; era el top de la conversación. Mis seguidores y alcance crecieron y hasta me llamó el colega sobrado que no quiso salir en una foto conmigo en una reunión. Sí, por los 12 días que duró la Operación London Bridge, supe lo que era ser una influencer de nivel, aunque la verdadera influencer había sido la reina.
Pero ya fue. Así de efímera es la fama digital. En la semana de su aniversario (que no es cualquier aniversario), no pasó nada.
Me permití hacer un simple ejercicio: En el IG @theroyalfamily, de todas las fotos de la Coronación la más likeada con casi 2 millones de corazoncitos es la foto oficial en la que Charles III aparece junto a sus herederos los príncipes William y George, mientras que la foto anclada del rey, la reina Camilla y toda la familia real, ya va por los 900 mil.
¿Isabel II o Kim Loaiza?
Claro que el momento del deceso ha sido el de mayor reach: el anuncio de la muerte de la reina rebasó los 7 millones, el video del primer discurso del rey ha sido el de mayor alcance en la cuenta @theroyalfamily en su historia, con 8 millones 559 mil 702 likes que siguen creciendo, y el posteo de la tumba de Isabel II un día después del funeral rebasó 1 milllón 200 mil likes, que era el promedio que ella manejaba en sus posteos estelares.
Por supuesto, junto al alcance de Kimberly Loaiza en México o el de Lillie Lexie en Reino Unido, ¿la familia real qué?
Así, con esa facilidad y sin marcos y métodos científicos definimos quién es influyente y quién no, quién importa más que otros y ni los la realeza se escapa del escrutinio banal de las redes y la crudeza de las analytics.
¿Las RRSS son ciencia?
Ahora, los verdaderos números que importan son los de la vieja escuela… La encuestadora You.Gov en Reino Unido presentó datos alarmantes para la monarquía: Sólo 3 de 10 jóvenes de 18 a 24 años la apoyan, y aún así, todo lo que es medible y proyectable es mejorable y Charles III y su hijo William pueden planificar a partir de ello.
Porque si sus decisiones se basaran en el reach de IG, si de ese capital dependiera su continuidad, pero el valor de cada figura pública y hasta el autoestima de las personas que tienen FB por convivir, estaríamos los royals y todos, en fatales problemas.
Todo lo medible es vendible y mejorable, pero ojo, que no todo lo masivo siempre es maravilloso, ahí están el telflón y la coca, por ejemplo.
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