El pasado lunes estaba leyendo el artículo “A HUNDRED DAYS OF TRUMP” *, publicado en la revista semanal The New Yorker [@NewYorker] y escrito espléndidamente por el siempre polémico David Remnick, quien desde el año 1998 trabaja de Editor de la publicación, misma que es un must para los “cosmopolitas” del mundo.
Así que después de leer a David Remnick y su particular visión aldeanamente yankee, pues fue que me decidí a escribir sobre #Trump y sus 100 delirantes días al frente de la @LaCasaBlanca; los cuales, se cumplen el próximo día 29 de abril de 2017 y, que desde una óptica más o menos simplista, han sido como “meter un chivo a una cristalería” de la Fifth Avenue de Nueva York o algo parecido.
Es decir, y más allá de rompernos las vestiduras acerca del tema migratorio, los célebres dreamers, o si le hablaron feo y le colgaron el teléfono a ya saben quién…; resulta necesario que tengamos una óptica más global y NO nos centremos solamente en lo que nos ha hecho, ya que #Trump NO solo es esquizofrénico con nosotros los mexicanos, sino que su patología lo ha llevado a chocar con todos o casi todos los líderes mundiales…, e incluido ya saben quién.
Sin embargo, el locuaz comportamiento de #Trump, aparejado a su volátil personalidad y a su culposo gusto por los Reality Shows, me hace pensar que el Presidente #45 NO está tan loco como quiere que creamos, sino más bien, él se divierte ante la incertidumbre que provoca en todas las latitudes y por eso disfruta subir al mundo en una Montaña Rusa Emocional/Económica/Armamentista/Territorial/Étnica, la cual, y ante los países fuertes como Alemania, UK. Francia., China o Corea del Norte, hace que se vuelva explosiva en lo mediático y al límite de las emociones del respetable, que en su gran mayoría no lee ni los encabezados de los periódicos.
Finalmente, y pensando mal, yo pienso que #Trump se encuentra desarrollando un “Proyecto Hegemónico y de Supremacía Blanca Norteamericana” vía las típicas estrategias distractoras como: desestabilización de múltiples países con la creación de conflictos locales; atentados terroristas de alto impacto; devaluación de las monedas y un largo prologo que, con una crisis bélica, logren hacer despegar a la alicaída economía norteamericana: Piénsenlo y me dicen sus conclusiones.
Si tienen alguna duda no dejen de mandarme sus comentarios y con gusto se los responderé.
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* http://www.newyorker.com/magazine/2017/05/01/a-hundred-days-of-trump
