Encontrar máquinas tragamonedas en las tiendas de la esquina, farmacias, papelerías y comercios de distinta denominación no es extraño. Tampoco ver a señoras apostando a su suerte para duplicar su inversión y sacar para las tortillas, algunas logran “pegarle al gordo” y sacar para el kilo completo, otras simplemente se quedan con lo justo, pero no sin la satisfacción de haber jugado en una ruleta o una perla de la suerte.
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Se estima que la ganancia obtenida en este tipo de máquinas colocadas en las tiendas de conveniencia es superior a las máquinas de los casinos, pero además las ganancias obtenidas en ambos mercados del juego no están regulados en el país.
En este escenario, está por presentarse en el Congreso una Ley General de Juegos y Sorteos, cuyo fin es aumentar la bolsa de premios para los jugadores de tragamonedas instaladas en casinos, donde el 10% de ganancia sea para el empresario y el 90 restante para los gamers, ya que, de acuerdo con sus impulsores, una tragamonedas informal puede tener una ganancia de hasta el 97% en un sólo día.
El Programa Institucional de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública 2014-2018 indica que acorde a estudios realizados en 2010, el mercado estimado en juegos y sorteos en México equivale a 77 mil 300 millones de pesos, de los cuales el 74% corresponde a juegos en línea, el 6 a casinos y el 20 a la lotería tradicional.
Asimismo, en el texto se señala que el sector con mayor expectativa de crecimiento es el de los casinos y casas de apuesta.
Con esta ley, se homologaría el porcentaje de las ganancias obtenidas en las tragamonedas y se obligaría a las empresas de juegos en línea que los recursos monetarios queden en el territorio nacional, esto es, que sólo se podrá apostar con dinero nacional y no foráneo.
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