Desde siempre ha sido una incógnita incluso para los estudiosos del marketing: ¿Qué pasa por la mente de un adolescente? Sin embargo, recientes estudios arrojan luz sobre la duda de saber qué genera la adrenalina.
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Beber en exceso es una práctica común en los adolescentes, esta conducta de alguna forma está relacionada con la influencia de la adrenalina en su organismo. A esta actividad se le llama binge drinking, y consiste en tomarse por lo menos cinco o copas en un aproximado de dos horas.
La búsqueda por una sensación de adrenalina que algunos productos han tratado de emular, lleva al resultado de que en el informe sobre la Juventud en España del Instituto de la Juventud (INJUVE), se reporte que entre algunos casos de parejas de adolescentes no se use ningún método anticonceptivo en sus relaciones sexuales, lo que también los pone en riesgo de contraer alguna enfermedad viral.
Por otra parte, datos del Instituto Nacional de Estadística, la tasa de menores de 14 a 17 años condenados por cada mil habitantes de ese mismo rango de edad en 2012 fue de 9.3, lo que representa un 40% más que los adultos, que sólo representan el 5.7 de cada mil habitantes.
Existe un estudio que sostiene la hipótesis del desfase de desarrollo, la cual es respaldada por Kate Mills, investigadora del Instituto de Neurociencia Cognitiva del University College de Londres. Mills, junto a varios colegas ha realizado un estudio empírico para ver si existe el mencionado desfase y si podría ser el causante del comportamiento arriesgado de los adolescentes.
Basándose en una muestra de 33 individuos, este estudio monitoreó la evolución de los sujetos desde su infancia hasta su edad adulta. El registro de su evolución cerebral, se dio mediante la técnica de imagen por resonancia magnética (MRI) en tres momentos de su vida. En cuanto a la etapa adulta, se les entrevistó para saber sobre lo arriesgado de sus conductas.
Sexo sin protección, consumo de estupefacientes, conducir ebrios o haber cometido algún tipo de robo; fueron de las conductas más arriesgadas que en el sendero de la adrenalina han tomado estos jóvenes.
Desde el punto de vista de la bioquímica cerebral, se demostró que existía un desfase entre el desarrollo del cerebro emocional. Sin embargo, este desfase desaparece a medida que los chicos se acercaban a la treintena.
¿Cómo moldean los consumos el desarrollo cerebral de los adolescentes?, ¿de qué manera las campañas BTL pueden fomentar otro tipo de condición emocional?; sería momento de cuestionarse sobre el tema, cuando las marcas se basan en emociones cada vez más fuertes.
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