Los consumidores se polarizan entre insiders y outsiders, unos actúan y consumen por dentro del sistema; pero su comportamiento y sus hábitos no dejan de ser relevantes para el BTL.
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Si pensamos en Edward Snowden, él es el claro ejemplo de un perfecto insider, pues actuó por dentro del gobierno americano teniendo acceso a información privilegiada y luego se convirtió en un outsider cuando comenzó a revelar dicha información; ese mismo sistema en el que tan bien encajaba, ahora lo expulsó para convertirlo en un outsider.
En el caso de Julian Assange, él siempre había sido un outsider que desde afuera del sistema lograba entrar a lo más encriptado de la información del mismo. Estos dos personajes son caras opuestas y al mismo tiempo semejantes de una misma moneda.
Sin embargo, si nos referimos estrictamente a los modos de consumo, tenemos que entender primero que el ser insider u outsider es una teoría sobre la forma de generarse un ingreso, y es dependiendo del tipo de ingreso, el tipo de consumo.
La teoría insider-outsider de Lindbeck y Snower, se refiere a la situación del mercado laboral, el insider está dentro, mientras que el outsider está fuera.
Según esta teoría, el paro involuntario existe porque los salarios del mercado están por encima de los salarios de equilibrio en los que oferta y demanda de trabajo serían iguales, con lo cual no habría desempleo. Entonces, ¿un Marketing BTL aplicado a esta problemática podría regular oferta y demanda?
También el BTL nos podría aproximar a las necesidades de los consumidores que algunas veces estarán sin empleo y otras con un trabajo relativamente estable, ¿cómo adaptar las ventas a estos clientes tan cambiantes según sus circunstancias laborales?
Estas son algunas de las nuevas preguntas que el marketing tendrá que responderse.
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