Hace unos días en Baja California, la San Felipe 250 marcó el inicio del serial Score International 2023, que está compuesto por cuatro carreras, 250, 400, 500 y 1000 millas respectivamente, el año pasado el equipo mexicano LPZ Racing, que a partir de este año competirá bajo el nombre de Baja-Son Motorsports, logró quedarse con el campeonato de la categoría Pro Stock UTV del World Desert Challenge, por lo que este año buscarán repetir la proeza, por otra parte una semana antes en las inmediaciones de la Laguna Salada en Mexicali se realizó la décimo primera edición de Racing for boobs, qué se trata de una carrera anual de vehículos off road que tiene como objetivo apoyar la lucha de miles de mujeres contra el cáncer de mama.
La escena todo terreno del país comienza con la actividad de este año, y lo mejor aún está por venir, a finales de este mes, se corre el Sonora Rally que a partir de este año se adhirió como parte del Campeonato Mundial de Rally Raid(W2RC), que es respaldado por la Federación Internacional del Automóvil (FIA), así como la Federación Internacional de Motociclismo (FIM).
Poco a poco el todo terreno gana más adeptos en México, tanto aficionados como entusiastas que llevan esa pasión al siguiente nivel y buscan la profesionalización de su práctica, sin embargo, aún sigue siendo una actividad mayoritariamente realizada por extranjeros en su mayoría estadounidenses, quienes se inscriben en las competencias que se realizan en el territorio nacional.
Existe una gran ventana de oportunidad en este sector, ¿Cómo llevar más aficionados a las competencias, cómo llevar esa pasión a más pilotos? La Baja 1000, tal vez la carrera más longeva de esta variante del automovilismo se realiza en nuestro país desde hace más de medio siglo, y a pesar de que centenares de seguidores viajan de distintas partes del país, la mayoría del público sigue siendo muy local. En promedio cada evento del Serial Score en Ensenada deja una derrama económica de entre once y trece millones de dólares, y la ocupación hotelera queda alrededor del 90 por ciento. Estas cifras podrían aumentar de manera notable si más marcas se sumarán a los patrocinios y a la difusión.
En la empresa en la que laboro, Polaris México, el entusiasmo por el off road es tangible, desde la trinchera del corporativo, así como a través de los distribuidores buscamos compartir esta pasión, con presencia constante en cada una de las contingencias previas a las contiendas deportivas, así como el patrocinio a algunos equipos deportivos conformados por pilotos, mecánicos e ingenieros mexicanos.
Pero no sólo se trata de apoyar carreras profesionales, ya sean emergentes o consolidadas, también a través de la práctica recreativa se puede incitar a la profesionalización, muchos de los que inician en el todo terreno es en rutas por parajes naturales cercanos a su lugar de residencia. Hace unos días, un nuevo distribuidor de la compañía comenzó operaciones en Cuernavaca, con lo que se logró llegar a treinta y uno a nivel nacional, lo que permite cubrir más territorio y con ello poner nuestro granito de arena en el crecimiento del off road como deporte, actividad recreativa y por supuesto sector empresarial.
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