La templanza es un valor no religioso de los seres humanos. Consiste en la moderación, sobriedad y sentido de contingencia. Es una de las cuatro virtudes cardinales, que es moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la razón.
Cuando algo tiene temple, tiene al mismo tiempo dureza y elasticidad que lo mantienen íntegro e indivisible. Lo mismo pasa con aquellas personas que practican la templanza. Contienen una integridad que los hace no perder su identidad y mantenerse firmes independientemente de las coyunturas, las adversidades o las tempestades.
No es noticia que este año será un año de desafíos, retos y tempestades a nivel local, regional y mundial. El mundo y los mercados se están reajustando drásticamente. El nuevo orden mundial se fragmentará en grupos de jugadores muy diferentes y esto impactará de forma definitiva en los estilos de vida, los mercados, los mensajes, los productos, las marcas y los clientes.
¿Cómo aplicar la templanza para mi agencia o marca en este año nuevo?
Redefinir gastos, ¿Cuánto gasto, para qué y por qué? ¿Vale la pena? ¿Es rentable reducirlo o rotarlo? ¿Es estratégico?
Particionar precios. Esto no implica subir los precios. El Pricing o el Costing es la base de la micro economía en la mercadotecnia. Funciona de forma efectiva al participar un precio o servicio en marca, manufactura, costos y rentabilidad. Debe de contener todo el ADN del producto o servicio sin perder rentabilidad ética, sustentable y lógica, pero tampoco es posible pagar por tartajear. La regla de oro es el .33 de utilidad como base fundamental para del lucro elemental.
No escuchar rumores ni convertir en verdad la mentira, ni viceversa. Entre más información con contenido relevante y estratégica se reúna en el primer cuarto del año, mejor podremos conducir en las adversidades y tempestades.
A grandes males, grandes remedios. Los momentos de incertidumbre son oportunidades para soltar las anclas y dejarse llevar por la corriente, ósea fluir para sobrevivir, o afianzarse a un buen muelle y esperar que pase la tormenta. Lo importante es tomar decisiones de vida y de supervivencia, pero decidir.
Sigue tus instintos con estrategia. Más percepción es igual e menos estrategia y mas estrategia provoca miopía de emociones. Reúne los dos y subiste con los dos.
Pensar y la razón son tus herramientas para tiempos duros y de incertidumbre. La mezcla perfecta es sensatez y sentimientos. La templanza reúne los valores fundamentales para la supervivencia, aguantar sin sufrir y ser flexible para cambiar y así seguir respirando.