El Super Bowl es, más allá del evento culminante de la NFL, el escaparate más importante de publicidad en todo el mundo.
Tan solo en 2015, las marcas pagaron hasta 5 millones de dólares por un espacio de 30 segundos en la edición 50 del Súper Tazón, con un mercado potencial de 114 millones de espectadores.
No obstante, no solo se trata de gastar por el tiempo, sino que las compañías también buscan quedar en la memoria del público con comerciales cada vez más complejos en términos de producción.
Estos son los anuncios más caros, en orden ascendente, que hayan tenido un espacio publicitario durante el Super Bowl.