Las start-ups que ofrecen servicio de transporte privado, como Uber y Cabify, han generado polémica desde su llegada a México en 2013 debido a las tarifas, los sistemas de cobro, sus esquemas laborales y la seguridad a bordo, principalmente.
Un accidente mortal ocurrido la semana pasada en uno de estos servicios de transporte revivió la discusión en torno a las garantías que las compañías ofrecen a pasajeros.
A partir de julio del año pasado, cuando las apps que ofrecen servicio de transporte privado fueron regularizadas en la Ciudad de México, se estipuló que debían contar con un seguro especial, que no fuese el de particulares con el que inicialmente operaron.
Para operar tanto en Uber como en Cabify es obligatorio contar con seguro especial para servicios de transporte que protegen tanto al vehículo, como al conductor y a los pasajeros.
Aseguradoras como Quálitas, GNP y Wibe ofrecen productos especializados con coberturas que van de los 150 mil pesos por gastos médicos, hasta los 3 millones de pesos por responsabilidad civil.