Hace algunas décadas, las empresas definían su planes de comunicación de manera interna, sin necesidad de involucrar a alguna agencia o servicio outsourcing que interviniera en la estrategia de lanzamiento de alguno de sus productos o simplemente de su propia imagen.
En ese entonces el término Relaciones Públicas, se convertía en el poder de una persona influyente quien mantenía estrecha relación con destacados personajes de diferentes ámbitos, lo que permitía a la empresa mantener su posicionamiento en los otros sectores de la sociedad.
Entre compadrasgos y payolas, sobre todo en la política, las relaciones públicas fueron tomando relevancia y transformándose en una herramienta necesaria para el crecimiento de distintos tipo de industrias.
Con el elevado costo de la publicidad y las nuevas herramientas de comunicación digital, surgieron nuevas agencias quienes emplearon sus mejores armas para convencer a los clientes más poderosos que al contratar el servicio de agencia de PPRR, ahorraría los casi 200 mil pesos que pudieran invertir en un anuncio impreso de una revista, logrando que un artículo de dos o más páginas sobre el producto o sobre la marca, se publicara con tan solo llegar a cuerdo con el medio.
Y es que pienso que las relaciones públicas han evolucionado de una forma en la que se están convirtiendo en un recurso infalible para maximizar el storytelling de las campañas… es el momento en el que tenemos que hacer alianzas con aquellos que ocupan parte de nuestro terreno de acción y con los que no puedes competir sino fusionar ideas.
En este proceso, hemos comprobado que el vender un producto va más allá de una idea estratégica, sino que ahora es la forma de entablar la relación con los medios hacerlos nuestro amigos, y crear conceptos con los que podemos convencer a los clientes con propuestas más integrales.
Los pitches del RP son casi los mismos que los de agencia creativa; porque ahora no sólo competimos con otras agencias de publicidad sino con las mismas agencias de relaciones públicas, mismas que ofrecen aún más opciones que nosotros: organizar eventos, gestionar entrevistas con medios… mucho más labor de un oficio que como el de todos se convierte también en todo un arte que no cualquiera posee. En un futuro no muy lejano ya no habrán agencias con especializaciones sino aún más integrales para aumentar el valor de nuestra oferta de comunicación.
Pero como en todo, la oferta supera a la demanda y actualmente estoy seguro que el RP sufre por posicionarse como en toda profesión ya que la competencia incrementa y ahora no solo intenta luchar con los de su gremio, sino con la “manada” de “influencers”, Youtubers, Twitteros, entre otros… de este tipo, que están acaparando la atención de las marcas más importantes haciéndose millonarios por tan solo alguna mínima mención en sus redes sociales, mismas, con las que quieren dominar el mundo.
Estamos en una época de mucha “absurdez” mediática de la que no podemos escapar sino que tenemos que ser nuestro propio PR para defendernos.