Hace una semana fui a ver ‘3 idiotas‘, ya saben con la idea de apoyar el cine mexicano, terminas metido en películas que nunca deberían de haber existido ni en la mente de las personas más amoladas.
Lo cierto es que gracias a esta iniciativa me pude dar cuenta los puntos que nunca debes de seguir para convertir tu propuesta comunicacional en comerciales que nunca terminan.
La película en cuestión es un megaspot del Tec de Monterrey, prácticamente un historia de inclusión para que entendamos que pueden convivir todos los estilos de vida y clases sociales. Suene el hilo conductor es bueno (la cultura emprendedora) se lleva a tal plano que Dora le vine corto en el carácter explicativo.
En la vida cotidiana existen diálogos, anuncios y discursos que son aburridamente eternos, desde esa charla del clima y la canción de moda, hasta la ese tema del amor y la felicidad. Realmente lo que hacemos como seres humanos, es aderezar los mensajes para dotarlos del suficiente carácter para volverlos nuevamente atractivos.
El problema de algunas propuestas (como la peli y la escuela mencionada) es que cuando tratas de renovar el mensaje, debes evitar caer en clichés, pues redundar en ellos hace del esfuerzo un mensaje monótono y trivial, aburrido y pasajero, sin sustancia y gracia.
Les comparto 3 puntos para detectar si su campaña está cayendo en la garras de lo eternamente intrascendente:
- Repite un mensaje hasta el cansancio, dice lo mismo de muchas formas y es solamente una reinterpretación de algo ya muy dicho.
- Vuelve lo cotidiano aún más sin chiste, es decir que hace que una conducta, frase o situación se ponga en el cajón de la indiferencia
- Hace que odies el mensaje, el autor y todo lo implicado en el mismo.