En el país, el 70 por ciento de los mexicanos padece sobrepeso, una tercera parte tiene obesidad, enfermedad que se asocia a la diabetes, a problemas cardiovasculares, trastornos óseos y algunos tipos de cáncer. Es decir, de acuerdo a números del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del Estado (ISSSTE) 7 de cada 10 mexicanos tiene sobrepeso.
Según los datos del informe “La pesada carga de la obesidad,2019”, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en México uno de cada tres adultos es obeso, como consecuencia viven aproximadamente 4,2 años menos. El alcance sobre la economía, del sobrepeso, representa el 8,9 por ciento del gasto en salud, reduce la producción del mercado de trabajo en alrededor 2,4 millones de trabajadores a tiempo completo por año. Esto se puede traducir a que el sobrepeso reduce el PIB de México en un 5,3 por ciento. La OCDE ya considera, a la obesidad en México, una epidemia.
Durante los últimos meses la discusión entre gobierno y empresas privadas sobre quién es el responsable de la epidemia de obesidad se ha intensificado. Ahora el escenario llevó al gobierno a regular el etiquetado de los productos comercializados por las empresas.
Como respuesta la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) publicó una serie de recomendaciones al proyecto de etiquetado, del gobierno federal, con la intención de que también se proyecten las características positivas en la calidad de productos.
El etiquetado pretende brindar información que permita la toma de decisión sobre un consumo responsable, debe desarrollar en el consumidor la investigación sobre qué ingiere.
La COFECE consideró que además la etiqueta con información nutrimental debe incluir características que permitan diferenciar a las marcas, frente a sus competidores. También se abre una nueva discusión pues la nueva normatividad intenta regular la promoción de productos, ya que impide el uso de celebridades, regalos y ofertas como forma de mercadotecnia.