Migrantes refugiados valoran sin excepción tres cosas: un techo seguro, trabajo, y un teléfono. En el mundo existen 19.9 millones de refugiados y en Estados Unidos se tiene una cuota máxima de 30,000 para el año 2019. Hoy en día los refugiados ya no son como los de la segunda guerra mundial, donde escapaban de sus países con una maleta en mano. Ahora se viaja sólo con lo que se trae puesto y si es posible con un smartphone.
Sin embargo, la gran mayoría de los migrantes que viajan a Estados Unidos, al menos de Centroamérica, no cuentan ni viajan con un smartphone, el cual es extremadamente valioso por todos y por lo tanto peligroso a la vez. Pero si no lo trae consigo en el viaje, será de los primeros artículos que compre en cuanto pueda, por lo general cuando llega a su destino final.
Se preguntarán qué lo hace tan valioso y cómo lo paga. Muchos migrantes refugiados comienzan a trabajar rápidamente y con el dinero ganado comienzan a pagar sus deudas en las que incurrieron para poder viajar; y también con ese dinero compran su smartphone. Una tarjeta pre-pagada y acceso a WiFi es suficiente.
Los smartphones son una herramienta de gran ayuda y tiene varios usos. Sirve para comunicarse con sus familias e informarlos de su paradero, se usa como navegador, traductor, y además pueden entrar a sus redes sociales (comúnmente Facebook). Las fotos tomadas con sus smartphones comienzan a plagar sus redes mostrando su nueva forma de vida, muchas veces tan distintas a las que dejaron atrás y con ello comienzan a generar un valioso record de memorias. Por ende, este objeto ayuda a los migrantes a tener un ajuste más fácil a su nueva realidad, les permite sentirse menos solos, más conectados con sus seres queridos, y sobre todo les da seguridad.
Gabriela Romo es psicóloga, trabaja con la comunidad latina en Estados Unidos y tiene un programa de radio semanal en radio América 900 sobre salud mental. Síguela en Facebook (Gabriela Romo), Twitter (@gabrielaromo26) o envía un email con temas que te interesen a gaby@gabrielaromo.com