Se considera que este momento de la historia de la humanidad hay más datos disponibles que en cualquiera otro de los puntos que la componen. Para el marketing esto representa una muy importante oportunidad, ya que parte de esos registros pueden ser estudiados y analizados para obtener información útil para generar campañas más efectivas y para tomar decisiones estratégicas de negocio. El small data es una herramienta que nos ayuda a procesar estos datos, los cuales (en cantidad) son menores que aquellos con los que se trabaja en el big data. En las siguientes líneas te dejamos algunas de las principales recomendaciones para trabajar con él.
Fijar objetivos
El campo de acción de small data es considerablemente amplio y puede ir desde conocer el comportamientos de los internautas en una red social hasta cuáles son sus principales hábitos como consumidor. Debido su amplitud es necesario establecer objetivos claros y bien definidos para evitar hacer análisis que no contribuyen en nada al conocimiento que queremos obtener.
Hacer las preguntas clave
Una vez que tengamos una visión de los objetivos que se están buscando, es necesario establecer la preguntas clave que nos permitan llegar a dicha información que queremos obtener. Por ejemplo, si deseamos saber cuál es el comportamiento del consumidor digital en un sitio web, es necesario preguntarse cuántas personas están visitando la página, cuáles son los principales objetos que están adquiriendo e incluso cuáles son las horas en las que más transacciones se realizan.
Es importante llevar un registro histórico
No es suficiente llevar revisar las métricas del día anterior o de la semana anterior en small data, sino que hay que llevar un registro histórico que nos facilite un panorama más amplio y claro de los datos que estamos analizando. De este modo, es posible que la información y conclusiones que obtengamos sean mucho más consistentes y objetivos.