Todo asesor de imagen y de relaciones públicas debe comenzar con lo que tiene. Con la imagen que una marca o personalidad ya posee, para a partir de ahí, establecer su estrategia. Por ello, es preciso aprovechar lo bueno y echar mano a lo que podría resultar inconveniente.
En ese inicio, es posible toparse con “El Síndrome del Mesías Contemporáneo”. Está presente en todos los ámbitos: en el político, en el empresarial, en los medios de comunicación e incluso, en los propios proveedores de servicios, como en el caso de agencias de comunicación y claro está, servicios Below The Line.
El citado síndrome es más común de lo que podemos imaginar en muchos líderes y aun cuando puede suponer algunas ventajas, como una imagen altruista, de cambio y esperanza para su mercado objetivo, también posee sus desventajas, que pueden resultar contraproducentes y convertirse en una bomba de tiempo que tarde o temprano, podría generar una crisis de imagen que conviene prevenir, pues por lo general, quien lo sufre suele centrarse mucho más en su persona que en la causa o compañía que representa.
Para detectarlo, se deben reconocer los siguientes síntomas:
- Delirio Maternal. El líder expresa un falso sentimiento de proteccionismo ante sus seguidores o empleados. Asegura su desinteresado deseo por ayudarlos y su presunta preocupación por su bien y el bien común. Es un mártir que aparenta dar todo por los suyos y fanfarronea con eso.
- El Camino del Héroe. Normalmente presume una historia en la que surge prácticamente de la nada para lograr el éxito. Presume lo que tuvo que construir para cambiar la historia o el mercado y se apoya en ello para lograr una mayor aceptación.
- Negación del Fracaso. Suele negar las épocas de vacas flacas o los momentos duros, afirmando que sólo se debe a ataques de sus adversarios derivados de las acciones exitosas que ha implementado. Todo está bien y no reconocerá errores.
- Descalificación del Adversario. Se comparará con el adversario y lo descalificará siempre que haga falta. Aprovechará cualquier descalabro del competidor para exponerlo en público y comparar sus propios logros con los errores del susodicho contrincante.
- Reacción colérica. Reacciona de manera iracunda cuando se le cuestiona sobre alguna decisión, en especial cuando ésta tuvo consecuencias negativas. Descalifica a quien cuestiona y deja claro que ese tipo de dudas o aseveraciones no tienen cabida en su equipo. Hay por lo general una negación rotunda de los errores cometidos.
- El “Heroísmo” Mediático. Este síntoma es muy claro, principalmente en redes sociales y medios de comunicación, donde juega el papel del héroe, de mesías, y es alimentado por el séquito de lame-botas que lo rodea y lanza forzados halagos para no caer de su gracia. El “héroe” alardea de sus acciones, logros y en muchas ocasiones, apoyos de carácter social, con el fin de ser recompensado con mensajes o notas de apoyo y “admiración”.