Se estima que un 65% de los comercios de todo México se encuentran cerrados por la contingencia de COVID-19, lo que representa una perdida aproximada de $28,000 mdp (según CONCANACO), siendo el sector hotelero y restaurantero los más afectados.
Lo anterior representa un gran riesgo para la economía nacional, especialmente para las empresas y negocios del país, pues no tener clientes afecta en primera instancia a los ingresos y por consiguiente al flujo de efectivo.
El flujo de efectivo o flujo de caja es el ingreso y egreso de efectivo en un periodo determinado; adicionalmente, recordemos que un ciclo de flujo completo está conformado de la siguiente manera: consumidor-empresa-proveedor, por eso, cuando no llegan consumidores, no existen ingresos y por consiguiente se suspende el pago a los colaboradores y proveedores, y sin ellos en un futuro no será posible volver a la normalidad. Por tanto, se entiende que una interrupción en el flujo de efectivo sostenida en el tiempo es prácticamente una sentencia de muerte, es verse forzado a caminar el tablón para caer en el mar y morir lentamente.
En esta columna propongo 3 opciones para adelantar o generar flujo de efectivo sin recurrir al endeudamiento. Así mismo, enunciaré los pros y contras de cada una de las alternativas:
- Vender a futuro – Es una gran opción si se sabe administrar, pues se vende el derecho a obtener nuestro producto o servicio tan pronto acabe la contingencia, adicionalmente se puede ofrecer algún descuento que haga irresistible el precio y el cliente encuentre un mayor valor por su dinero.
Contra: El riesgo de esta opción está en la administración de recursos, toma en cuenta tu capacidad de producción y estima cuánto puedes vender ahora sin sobresaturar tu negocio o sobre comprometer tus servicios, seguramente deberás hacer ajustes para cuando todo se empiece a reactivar; ya que tendrás un mercado completo a medida que cambie el panorama. Un ejemplo de la implementación de esta estrategia es Bioparque, que vende boletos para visitas a un precio casi irresistible, una vez que reabra el parque.
- Arrendamiento- Esta opción es buena para aquellas empresas que tienen activos muebles que se puedan arrendar a un cliente durante lo que dura la contingencia.
Contra: El riesgo de esta estrategia es el desgaste que ese activo pueda sufrir fuera de tu control, por lo que deberás tener un buen contrato de servicios que contemple esas posibles pérdidas y los montos de recuperación, el cargo de un depósito y, no está de más, un seguro que ampare el valor total. Ejemplos de esto los he visto en gimnasios que han rentado su equipo y como valor agregado dan sesiones virtuales con coaches especialistas.
- Factoring- Es la cesión de un factor de carácter comercial por parte de sus titular a una entidad especializada (financiera) a cambio de un precio. Si se tienen facturas por cobrar que venzan dentro de X meses, se puede optar por esta opción.
Contra: Tendrás que pagar comisión y/o interés por el adelanto de este efectivo, por tanto, se debe evaluar qué tanto conviene el adelanto. Hay muchas empresas que encuentran en el factoring una muy buena opción de financiamiento, al punto que llega a ser parte de su operación diaria.
Espero que más de uno encuentre utilidad en estas propuestas y le ayuden a navegar mejor sobre este mar de incertidumbre al que el COVID nos ha llevado, recuerden que una buena gestión de recursos es clave para llegar sano y salvo a puerto.
¡Tierra a la vista!