Selfietis. ¿Supieron de la farsa hace unos años de que la Asociación Americana de Psiquiatría había clasificado un nuevo desorden mental llamado Selfietis? Supuestamente el desorden está caracterizado por un deseo compulsivo de tomar fotos de uno mismo y subirlas a las redes sociales como una manera de compensar por un auto-estima baja y por llenar un vacío en la intimidad. Al inicio todo parecía verdad ya que daba especificaciones del nivel de severidad del caso y también porque satisfacía un cierto estereotipo que se ha formado de la gente que toma selfies en exceso.
Pero, ¿qué es en exceso? ¿Acaso no hay un distinción generacional o sí se presenta más a menudo en gente con rasgos narcisistas? ¿Hay diferencia entre subirlas o no a las redes? Creo que este fenómeno, aunque no sea un desorden mental sí produce más preguntas que respuestas. O por lo menos, vale la pena pensar un poco al respecto.
Existe una industria creciente alrededor de los selfies. Ejemplos como los selfie stickers, apps para editar las fotos, lámparas y ventiladores portátiles para que la foto sea perfecta. Pero también existe un lado más oscuro, como las consecuencias fatales. La India cuenta con el número más alto en el mundo de muerte relacionada con tomar selfies. Y es que también en India tenemos al mayor número de usuarios de Facebook en todo el mundo (hasta ahora). Estas muertes a menudo son porque las selfies son tomadas en lugares peligrosos: cascadas, con armas, de alturas, en vehículos con movimientos; y claro, estamos enfocados a ver a la cámara que lo que esta pasando alrededor nuestro.
Uno de los aspectos interesantes de esta noticia que dio vuelta al mundo, fueron los rasgos de personalidad que se le atribuyeron a las selfies. Palabras como auto-estima baja, vacío en la intimidad, y narcisismo hablan de aspectos psicológicos y emocionales. Es posible que como sociedad estemos siendo arrastrados a un comportamiento compulsivo y centrado a la imagen de nosotros mismos, a la admiración y en la búsqueda de afirmación, gracias a las múltiples herramientas que lo facilitan. Ahora no es la conformidad de ser yo quien toma la foto de este hermoso paisaje, soy también yo quien también participa en él. Pero, ¿hay algo de malo en ello? Rescatemos a Freud quien ya nos hablaba del ego para entender a la sociedad humana. Satisfacer las expectativas del ego ideal es una fuente de satisfacción libidinal para el ego. En su desarrollo, nuestro concepto de nosotros mismos se restaura por la satisfacción cuando el amor/admiración regresa a nosotros. ¿Puede ser la selfie un vehículo?
Gabriela Romo es psicóloga, trabaja con la comunidad latina en Estados Unidos y tiene un programa de radio semanal en radio América 900 sobre salud mental. Síguela en Facebook (Gabriela Romo), Twitter (@gabrielaromo26) o envía un email con temas que te interesen a gaby@gabrielaromo.com