Esperé hasta hoy para escribir mi colaboración aquí. Mi sentimiento como el de muchos es de indignación, decepción y tristeza. Pero apenas caigo en cuenta que esta derrota de la selección mexicana va más allá de un simple partido de televisión.
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Hay una industria publicitaria y de entretenimiento que surge de esta selección mexicana vapuleada y desmotivada, ¿Cuánto? Cerca de 600 millones de dólares en patrocinios y derechos de transmisión.
Cada año en donde hay una copa del mundo, la federación mexicana de Fútbol se embolsa esta cantidad de dinero y probablemente este año no recibirá este monto por concepto de patrocinios, pero ¿Qué nos pasó? ¿En qué momento se rompió todo? No sólo se cayó todo en este último partido en Ohio con EE.UU. La cosa viene desde mucho tiempo más atrás y la mercadotecnia es culpable y víctima de este fenómeno.
Probablemente a partir de ahora muchas campañas quedarán inconclusas, miles de activaciones dejarán de hacerse y muchas pautas publicitarias caerán si México no asiste al mundial en Brasil. Dejaremos de recibir parte de esa inversión, pero pienso que en parte también somos culpables de esta derrota, en cuanto sobresale un figura joven de fútbol, con campañas nos dedicamos a inflar su ego y su autoestima y ¿cuál es el resultado?, que dejen de tener hambre por jugar en la selección y por llegar, porque aparentemente ya llegaron, están bien comidos y mejor pagados, entonces así ya no es necesario luchar por los colores de un país.
Gana México y pierde al mismo tiempo o pasamos a otra etapa o seguiremos siendo los perdedores de siempre.