Second Life no es para gammers, es para quienes buscan una vida alterna con un avatar más atractivo, o más joven, que no sea mujer, ni hombre; que pueda cambiar de sexo y tener relaciones incestuosas. En esta vida alterna se puede ser rico y comprar productos que se anuncian, sin obtener en la compra nada más que la personalidad de la marca, sin sus beneficios.
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Tener una segunda vida era complicado antes, ahora se puede tener una vida virtual con satisfacciones también virtuales. En el mundo de Second Life, se ofrece la convivencia con personas reales, en el que cada lugar está hecho por quienes lo integran.
Son muchos los productos que se anuncian de forma explícita en esta manera de producir Branding Emocional a los internautas. La experiencia comercial pasa por la emoción del usuario de Internet, quien tiene tarjetas de crédito, supermercados, bares, parques de diversión, hoteles, autos y otros productos que el cliente puede elegir. En Second Life, se hace activación en un mundo que atrapa al internauta.
Recientemente, Second Life ya es un mundo en decadencia; los inversionistas y anunciantes se retiran, pues con el uso de redes sociales más efectivas e inmediatas, como lo es Facebook y Twitter, también se puede experimentar una segunda vida.