El Campus Party que tiene lugar en Jalisco, presentó la ponencia “Cómo hackear al sexo femenino”, impartida por Eduardo Zepeda (@eduardoaze02), en cuyo marco, una de las tiendas dedicadas a la venta de tecnología, mostró a una edecán con un código de barras digital a la altura de uno de sus glúteos, ante la curiosidad de los asistentes que no dejaban de tomar fotos a la chica.
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La activación tuvo su efecto y un impacto negativo en las redes sociales que señalaron el acto como misógino. A tal grado llegó el disgusto de los consumidores en Internet, que Eduardo Zepeda tuvo que ofrecer disculpas en su cuenta de Twitter.
Esta es una muestra del uso que hoy se le da al código QR, que parece ir más allá del producto, para hacer del cuerpo un objeto de consumo con un valor en el mercado global. Todo un dilema ético.
