Por Paco Santamaría
Correo: francisco@intrendnext.com
Twitter: @pacosantamaria
A ver, si hay alguien que sabe de BTL somos los restauranteros, ¿Por qué? Por que tenemos contacto directo con los clientes todos los días y a todas horas. Somos un centro de consumo directo. Vienen los clientes y consumen si les gusta, y si no, no compran y nos dicen porque no. Además que nos preocupamos por el ambiente de los que compran.
Que mejor prueba que regreses algo que no te gustó, un platillo o una bebida. Por esto es que los restaurantes son parte importante y si lo vemos claro, un centro de investigación de compra. Aquí el reto: Hacer que lo clientes vivan la experiencia de beber vino. Algo muy manoseado, muy “choteado” pues aquí lo resolvemos.
Propongamos unas clases de vino, ojo, no unas catas de vino. A partir de ahora vamos a ofrecer que nuestros clientes vivan la experiencia de aprender qué es el vino, de dónde viene e invitemos a maestros bebedores que compartan su experiencia de los vinos que han probado. No en una acartonada sesión de un sommelier que no nos invita a preguntar lo que no nos atrevemos en una cena formal. Por esto, un restaurante de vino como CoMo , saca en su pizarra y publica: Se dan clases de vino.
Invita a bebedores experimentados a platicar sobre lo que han bebido y quisieran beber en materia de vino. Se trata de reunir a clientes potenciales de restaurantes en torno de lo que más les gusta: beber un buen vino, conocer gente nueva y comer.
La fórmula no es complicada, reúne a gente en torno a lo que le gusta, haz como un club de libro, pero un club de lo que la gente le gusta. Un club de lo que necesito como cliente.
Les pongo una foto de cómo no fue, vean la cara de la gente, una imagen vale”¦