Por su tamaño, los filtros para cigarro parecen ser inofensivos para el medio ambiente. Sin embargo y aunque es posible reciclarlos, son altamente contaminantes para los océanos. Incluso más que los popotes.
“Las colillas provienen de la boca de 13 millones de fumadores y si se reciclan, se degradan en tres o cuatro meses y no en 10 años”, señaló el biólogo Leopoldo Benitez González, también investigador de la UNAM. Añadiendo que una sola de estas colillas, puede contaminar 50 litros de agua potable o 15 litros de agua de mar.
“Nos preocupa la mejora de nuestro ambiente, pensamos en las plantas, en los animales, en los pájaros que las confunden con su alimento. Apoyamos con un granito de arena, y si esto lo multiplicáramos por cientos de familias, de manera espontánea, tendríamos una gran ayuda”, dijo Poleth Reyes Hernández, egresada de la licenciatura en Filosofía y Letras.
El Colillatón
Poleth, siendo también fundadora del movimiento Colillatón, exhortó a voluntarios y familias, así como a otros egresados e integrantes de organizaciones civiles, a participar en la tercera edición de esta iniciativa que consiste en recoger las colillas y reutilizarlas en artículos de utilidad.
El Colillatón surgió en Chimalhuacán, Estado de México y hasta el momento, la convocatoria se lleva a cabo por parte del Programa Universitario de Bioética. Todos los jóvenes y voluntarios que participan, lo hacen movimos por una creciente preocupación, pues resulta que estas colillas, son un contaminante mayor a los popotes de plástico.
La implementación de estos movimientos, es de suma importancia también en la ciudad, ya que según la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA), tan solo en la CDMX, 3 de cada 10 personas son fumadores. De modo que un 65% de las colillas de estos cigarros, podrían potencialmente, terminar en el suelo y en consecuencia, tapar las coladeras hasta afectar los drenajes.