El Personal branding de Robin Williams negó la marca del humor, se convirtió en Garrick, en el actor que negó su talento, sus fortalezas de venta ante el público.
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Es Robin Williams el actor que ponía de buenas a los clientes en las salas cinematográficas, aquel que hizo de sus personajes una marca, un Personal branding, un vendedor de sueños en “El pescador de ilusiones”, un management en la “Sociedad de los poetas muertos”, un clown cura almas en “Patch Adams”, un travesti con tal de recuperar a sus hijos en “Mrs. Doubtfire”, un Peter Pan cincuentón en Hook, un locutor sarcástico en “Good morning, Vietnam”, un hombre Bicentenario que ya nunca será. Pues Robin Williams será la leyenda de uno de los mejores actores cómicos y su Personal branding lo trascenderá.