Los eventos son acontecimientos especiales que contribuyen a entregar una experiencia de marca. Cuando se habla de aniversarios, inauguraciones, exposiciones, ferias, espectáculos, conferencias y un largo etcétera, es inevitable no voltear hacia los objetivos que la compañía necesita alcanzar para desarrollar una estrategia que aporte valor de un modo extraordinario a los asistentes.
Los eventos obtienen una gran relevancia si logran su difusión como noticia en diversos medios de comunicación. Sin embargo, al hablar de una acción BTL, el verdadero impacto se encuentra cuando una marca logra comunicar a través de diversas referencias simbólicas su valor para el consumidor, además de conectar con él desde una dimensión emocional.
En este sentido, la estrategia de comunicación de una marca debe comenzar por identificar las demandas del mercado, su contexto y retos a los que se debe enfrentar para generar un acto que proponga un valor diferencial y competitivo, porque hoy en día más allá de un excelente escenario o un buen venue, los consumidores esperan una experiencia que valga la pena pagar y, por el otro lado, las marcas deben invertir cada peso en un proyecto que agregue valor a sus fortalezas.
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Las marcas al utilizar a los eventos como plataformas de su patrocinio, llegan a fracasar por no contar con una estrategia de marketing y comunicación que tenga la capacidad de comunicar de manera diferenciada el producto o servicio y sus beneficios para los asistentes durante el evento.
Por tal motivo, es necesario realizar una evaluación previa para reconocer aquellos elementos que permitirán exteriorizar su mensaje, forjar su identidad y expresar sus valores a potenciales clientes.
En este sentido, el reporte Event Marketing 2018: Benchmarks and Trends de MarketingProfs, muestra los principales objetivos de marketing en B2B y B2C para realizar un evento. A nivel mundial, la generación de leads y ventas (29 por ciento) es importante para los profesionales de marketing que buscan desarrollar estrategias comerciales para llegar directamente al cliente o consumidor final. Mientras que para un 29 por ciento, es más importante construir una comunidad si se trata de establecer una relación comercial entre un fabricante o el distribuidor de un producto.
