La locura se vale con tal de alcanzar notoriedad, con tal de ser producto consumible en redes sociales: eso es Fire Challenge; un fenómeno que consiste en prenderse fuego en el cuerpo y subirlo a la red. ¿De qué sirve prenderse fuego si nadie está para verlo, para consumirlo con sus ojos? Esto es lo que ha venido a cambiar el uso de la Internet.
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Es de recordar una película de Spike Lee, en la que se veía correr a un personaje prendido en fuego, mientras había otro en una caseta telefónica, era una imagen de consumo limitada al espacio de élite que generaba cineasta. Pero ahora ya no se necesita un ámbito de control, ahora sólo se requiere un teléfono celular.
Agencias y diarios nacionales e internacionales dicen que el reto se llama Fire Challenge, el cual es una tendencia en las redes sociales.
El reto tiene que ver con un fenómeno masivo con tendencias autodestructivas, en las imágenes cada vez más recurrentes en Youtube y Facebook, el joven se rocía alcohol en el cuerpo, mientras es grabado por otros con sus teléfonos celulares. De repente, alguien le prende fuego con un encendedor. Tan pronto como esto ocurre, el chico tendrá que echarse agua para evitar un accidente mayor; sin embargo, no siempre es así.
A penas el viernes de la semana pasada, la agencia AFP informó que a causa del Fire Challenge adolescente resultó con quemaduras de segundo grado en la cara, cuello y cadera.
Pero de muy poco servirá que las autoridades lleguen a alertar sobre estos hechos a la sociedad, pues se trata de un fenómeno complejo que requiere de una atención de fondo, y que ya está en el espacio público e incontrolable de las redes sociales.