Seguro más de una vez has visto que alguna marca o empresa se vuelve viral por algún suceso bueno, malo, chistoso o muy novedoso, ¿cierto?
Con la intención o no de lograrlo, hoy en día existe ese objetivo de hacerse viral por prácticamente cualquier cosa. Incluso si eso atenta contra los valores o la imagen de un negocio.
Pero, ¿realmente siempre vale la pena hacerse viral? ¿En verdad se consiguen los resultados que se esperan?
Dicen que no existe la mala publicidad, pero debo diferir, ya que, de aquellos sucesos de los que alguna vez fuiste testigo, ¿recuerdas el nombre exacto de la empresa o negocio que estuvo envuelta? Probablemente, no.
Por lo tanto, como especialista de marketing tengo algo MUY presente: ser ingenioso no significa recurrir a estrategias de publicidad que tengan más riesgos que verdaderos resultados.
¡Claro! A muchas empresas seguro les ha funcionado. Incluso muchas de ellas ni siquiera tenían la intención de hacerse virales, pero su idea o acción fue tan novedosa que simplemente pasó. ¡Y eso debe de reconocerse!
Pero, ¿qué pasa cuando te esfuerzas demasiado por hacerte viral con tal de aumentar tus ventas o posicionamiento de marca? Como diría el dicho: ¡Te sale el tiro por la culata!
Las estrategias de marketing, sobre todo en redes sociales, van más allá de solo alcanzar un millón de likes. Si algo he notado mucho es que esos millones no valen mucho cuando tus objetivos no se concretan.
Además, es importante tener presente que, en marketing, vale más la calidad que la cantidad. Si bien cientos de corazones en una publicación de Instagram se ven bien, no tienen mucha relevancia cuando ninguno de esos cientos se han convertido en clientes.
Conseguir ventas y construcción de marca requiere de estrategias globales que se ajusten a las necesidades de tu empresa y los objetivos que deseas alcanzar. Y estas no precisamente se concentran en atentar contra tu imagen y reputación.
Recuerda que más allá de hacerse viral, hay algo más importante que los compradores valoran: la confianza en las marcas que consumen. Y cuando le brindas estabilidad a tus consumidores, estos no solo van a comprarte, sino que se fidelizarán y hasta te recomendarán.
Estos tres puntos son de los más esenciales para las empresas con las que he trabajado y sigo haciéndolo. Porque, si me pongo muy romántico, como dijo el buen Vicente Fernández, vale más un buen amor que mil costales de oro.
Así que, si buscas generar estrategias de publicidad que realmente vayan de acuerdo con tu imagen de marca y que sí consigan los resultados deseados, entonces platiquemos para hacerlo realidad. Te comparto mi correo: rodrigo.mendez@freelan.com.mx
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