Las aplicaciones de envío de productos a domicilio registran una creciente popularidad en el mercado latinoamericano. Miles de conductores de bicicletas o motocicletas forman parte del modelo de negocio de marcas como UberEats y Rappi para entregar al consumidor hasta la puerta de su casa alimentos u otros productos.
Es un ejercicio que ha mejorado la experiencia de compra, y que cada vez más marcas se suman a estas plataformas para explorar una expansión con la velocidad y escala que proporcionan estas aplicaciones.
En América Latina, las aplicaciones de entrega están operando en una mezcla de empresas globales y locales. Rappi es uno los servicios que han aumentado su presencia más allá de Colombia –de donde es originaria– hasta mercados estratégicos como México.
Sin embargo, las decisiones que ha tomado con respecto a su crecimiento no fueron favorables para su plantilla de trabajadores, ya que con el propósito de duplicar su equipo de tecnología y centrase en la experiencia del usuario este año, Rappi decidió reducir la cantidad de personas en algunas áreas. “En Latinoamérica ascendió al 6 por ciento del personal de la empresa”, dijo Rappi a El Financiero.
La decisión fue tomada por la propia compañía, y se prevé que con esta estrategia Rappi pueda crecer y entregar nuevos productos para 2020. Además, la apuesta por la experiencia del consumidor permitirá a Rappi competir con los gigantes tecnológicos, y avanzar en su posicionamiento en la región.
En la actualidad, la entrega a terceros continúa creciendo a medida que aumenta el uso en la industria restaurantera y supermercados. En Norteamérica, las firmas que cuentan con un liderazgo en este sector son: Aldi, Amazon, Instacart, Kroger, Postmates, Target, Walmart y Whole Foods, entre otras.
Se estima que el valor de mercado de comestibles en línea en Estados Unidos alcanzó los 26 mil millones de dólares en 2018, y se prevé un crecimiento mayor en los próximos años.
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