Hace unos años, ofrecerle al consumidor un producto o servicio de calidad, que satisficiera sus necesidades, parecía ser suficiente para ganar su preferencia y confianza. No obstante, con el paso de los años esta situación ha cambiado de manera radical; ahora, el target ya no se conforma con solo recibir recibir bienes en el momento que los requiere, también exige que las marcas de su preferencia se arriesguen e innoven en la forma en cómo se comunican con ellos, pues si bien anteriormente no había una retroalimentación constante dada la predominancia de medios tradicionales o ATL, con el surgimiento del BTL, aunado a las nuevas tecnologías, dispositivos móviles y nuevas prioridades de los consumidores, la comunicación que se realiza actualmente es bidireccional, lo cual le da la oportunidad al público de exponer sus puntos de vista sobre las acciones que llevan a cabo las empresas, sin necesidad de acudir a una tienda física o hacer una llamada, basta con entrar a una red social y compartir sus comentarios para que la compañía conozca el sentir de su audiencia.
Ante este dinamismo que tiene tanto la industria BTL como el propio consumidor, es cada vez más notoria la predominancia de estrategias que no solo busquen generar un call to action, sino que además impacten de manera emocional para así despertar en el target un sentido de pertenencia con determinada marca, lo cual se traducirá en preferencia por tiempo indefinido, así como en cariño hacia ella.
Aun con esta sinergia de medios en una misma campaña, el Below The Line no pierde protagonismo, por el contrario, ha prevalecido relevante debido a que la industria ha sabido adaptarse a los cambios tecnológicos y de consumo, algo que le ha permitido ofrecer nuevas y gratas experiencias, mucho más lúdicas y que apelan en todo momento al lado emocional de las personas.
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