Es un hecho que la calidad del servicio al cliente incrementa el valor percibido de los productos tangibles e intangibles. Es así cuando los consumidores perciben que se ha incrementado el valor de un producto automáticamente el precio, la lealtad, el monto de las compras y la frecuencia de compra también aumentan, un principio empresarial que han seguido algunos retailers.
Quizá la habilidad más importante es la siguiente: escuchar. Invertir un momento en ellos servirá bastante para saber qué piensan y desean los clientes. Por tanto, escúchalos y trata de entender cómo podrías hacer su vida mejor con tu producto o servicio.
Sin más, a continuación, algunas habilidades que debe tener toda aquella persona que entre en contacto directo con clientes:
1. Ambición
Tener deseos inagotables por mejorar y crecer; es decir, tener afán de superación.
2. Autodominio
Tener capacidad de mantener el control de emociones y del resto de aspectos de la vida.
3. Disposición de servicio
Es una disposición natural, no forzada, a atender, ayudar, servir al cliente de forma entregada y con dignidad.
4. Don de gentes
Tener capacidad para establecer relaciones calidad y afectuosas con los demás, y además, disfrutarlo.
5. Colaboración
Ser una persona que gusta de trabar en equipo, le agrada trabajar con otros para la consecución de un objetivo en común.
6. Enfoque positivo
Es la capacidad para ver el lado bueno de las cosas con optimismo.
7. Aspecto externo
Es la importancia de una primera impresión en los segundos iniciales para crear una buena predisposición hacia la compra en el cliente.
De esta manera, los términos señalan características positivas y deseables en el servicio y la atención ofrecida por un negocio sin importar el giro y el tamaño que éste tenga.
Por lo que se ha convertido en un factor importante en la decisión de compra por dos razones: La competencia es cada vez mayor y atrae al cliente mediante una diversidad de servicios que añaden valor al producto que se ofrece.