En la actualidad es innegable que las mujeres ocupan diferentes cargos en las empresas. Hay oficinas donde por políticas internas los equipos de trabajo son 50 y 50, es decir, mitad hombres y mitad mujeres.
De acuerdo con el Banco Mundial, en el 2014 el 55% de la fuerza laboral estaba constituida por féminas. Sin embargo, aunque el porcentaje es incluso levemente más elevado que el de los hombres, la realidad es que todavía existe una brecha de género, sobre todo en la parte de los salarios.
Una noticia reciente que ejemplifica muy bien esto es la diferencia de salario ofrecido a Gillian Anderson y a David Duchovny, protagonistas de la serie Expedientes Secretos X. Según la entrevista que la actriz concedió a The Daily Beast, Fox quería pagarle la mitad de lo que ganaría su compañero de reparto.
Luego de una negativa por parte de Anderson, Fox terminó pagando lo mismo a ambos actores.
La brecha por género no distingue por industrias. De acuerdo con el estudio global TMT Predictions realizado por Deloitte, en el análisis de la tendencia “Women in IT jobs: it is about education, but also about more than just education” se detectó que a finales de 2015, el porcentaje de puestos en TI ocupados por mujeres es similar o incluso menor al de 2014.
El estudio de Deloitte encontró que la retención era un problema después del primer año debido a situaciones que van más allá del salario y la promoción. Algunas de ellas son una cultura hostil o sexista, políticas de trabajo no adecuadas para las mujeres, sesiones maratónicas de codificación, expectativas en torno a que no tienen hijos y la falta de cuidado de los niños debido a la carga y horarios de trabajo.
Hay que destacar que según el estudio “Women in manufacturing study: Exploring the gender gap”, la mayoría de las mujeres aspiran a llegar a niveles ejecutivos o de alta dirección; sin embargo, el 30% de las encuestadas, desearía cambiar de industria debido relaciones de trabajo pobres, falta de oportunidades de crecimiento y bajos salarios o desigualdad de ingresos.
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