Más allá de sólo vender productos, el retail es un concepto mucho más complejo, el cual cuenta con diversas aristas. Se puede hablar del sector minorista a partir de la distribución, también se puede bordar la logística que está relacionada a este concepto. Incluso se puede hablar sobre la marca propia y la relación, así como los beneficios que este término tiene en para los retailers. ¿Pero a qué nos referimos con este último término? Precisamente en las siguientes líneas hablaremos un poco más sobre él.
De acuerdo con sitios como Economipedia y Gestiópolis, una marca propia (también conocida como blanca, de intermediario o de distribuidor), se puede entender como los productos que comercializa un retailer bajo su propio nombre (aunque muchas veces suele hacerlo con otro distinto), sin embargo, el minorista no funciona como productor, sino que es un intermediario para comercializar los artículos en cuestión.
Una de las particularidades con las que cuenta una marca propia es que puede ser colocada en el anaquel del minorista a competir con el resto de las firmas que suelen existir en el mercado.
Pero, ¿por qué un retailer cuenta con una marca propia? Además de que funciona como otra fuente de ingresos para las tiendas, cabe destacar que este tipo de artículos ayudan a proyectar la propia firma del minorista, pues ésta ya no sólo se queda en el punto de venta, sino de que el cliente la lleva a su casa.
Una marca blanca puede mejorar el prestigio e imagen con el que cuenta un retailer, sino que también puede generar lealtad con sus clientes, por lo que puede funcionar como una estrategia para mejorar el posicionamiento de una determinada cadena minorista.
Cabe destacar que otro de los puntos interesantes de la marca propia es que debe cumplir con la premisa de entregarle al cliente una calidad similar a la de la competencia, pero a un precio considerablemente más bajo.