Cuando se busca realizar una campaña en marketing BTL, una de las primeras cosas que se realizan en la estrategia es establecer objetivos para después trazar una ruta para que se cumplan. Sin embargo, si no se establece una fecha de cumplimiento, las metas se pueden quedar al aire. El timing jugará un papel fundamental no sólo en el campo de la mercadotecnia below the line, sino en prácticamente todas las empresas. Por este motivo, te platicaremos más sobre este término y sus implicaciones.
Timing, un modo eficaz de administrar el tiempo
En distintos sitios de internet, entre ellos Diurnay y Sneakerlost, se menciona que el timing es la adecuada planeación de los lapsos destinados a realizar cierta acción de marketing BTL. Hay otras páginas que lo conceptualizan como el cronograma de trabajo que usualmente las agencias entregan a los clientes, cuya finalidad es mostrar la cantidad de tiempo invertida en cada etapa de un trabajo o de una campaña.
En un ejemplo, si se va a hacer un evento de marca, la agencia encargada le entrega a su cliente un cronograma con el tiempo en el que se llevará la promoción del evento, la convocatoria, la instalación de toda la indumentaria, de qué hora a qué hora durará dicha actividad, etc.
Sin embargo, hay otro rostro con el que cuenta el timing y es que muchos lo definen como el arte de realizar una acción en un tiempo adecuado para que tenga un buen impacto. O sea, la capacidad de encontrar el “momento oportuno” y aprovecharlo.
Precisamente, un cronograma bien hecho puede descubrir distintos momentos oportunos en la realización de una campaña, un evento o de prácticamente cualquier acción BTL.
No por dedicarle más tiempo de trabajo a algo, se es más eficiente. Un ejemplo es el que tenemos en el sitio de Dinero, el cual nos comenta que según información de la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica estableció que no porque se labore más tiempo, hay una mayor productividad.
Por ejemplo, por trabajador en Colombia se trabaja un promedio de 2,320 horas al año, en tanto que en México se invierten alrededor de 2,245 horas. Sin embargo, no hay una correlación directa con la productividad de ninguno de los dos países.
Lo importante básicamente es saber organizarse, establecer tiempos para cada una de las tareas y procurar resolverlos en dicho lapso. Cabe mencionar que por medio del timing, al establecer los objetivos por tiempos, nos permite poder contrastar los resultados y ver qué tal han funcionado.