Las empresas, de modo similar como sucede con las personas, no sólo se desarrollan y crecen, sino que también, cuando algo no funciona correctamente, suelen expresarse algunos síntomas, que anuncian que hay un problema que debe solucionarse lo más pronto posible. Esto está estrechamente relacionado con aquello que se conoce como salud de marca. Sin embargo, ¿qué significa este término? Precisamente contestaremos esto en las siguientes líneas.
La salud de marca se puede definir como el desempeño que tiene un factor, como resultado de la suma de ciertos factores tanto internos como externos, la cual debe ser medida de manera periódica, con la finalidad de saber si se están consiguiendo los resultados adecuados o no.
Al momento de medir la salud de una marca se consideran al menos seis aspectos principales: el atractivo (la cantidad de las asociaciones positivas que se tienen hacia la firma), el riesgo (la vulnerabilidad que experimenta), la satisfacción que genera en el público meta, lo bien que se logra distinguir de la competencia, el liderazgo que ejerce (y que algunos lo asocian con la reputación) y finalmente la percepción que logra generar, tanto al exterior como al interior de la firma.
Al medir estos indicadores, se tiene una visión más completa de la marca, por lo que se puede reconocer si algo está fallando, con la finalidad de tomar decisiones que nos puedan ayudar a que toda la firma mejore considerablemente el desempeño que tiene en un momento determinado.
Del mismo modo que pasa con las personas, es necesario realizar un diagnóstico periódico de la salud de la marca, para evaluar si está teniendo el desempeño indicado. Lo óptimo sería realizarlo cada trimestre, tiempo conveniente para que haya una buena cantidad de datos qué evaluar, pero también no tanto tiempo para que se puedan tomar acciones rápidas.