Supongamos que tenemos un producto, el cual es bastante conocido por el público meta que lo consume. Sin embargo, por más intentos que se hagan y más estrategias que se implementen, no se logran incrementar ni las ventas ni las ganancias que se obtienen con estos artículos. ¿Cómo se puede solucionar esto? Hay una tendencia que se ha posicionado como respuesta ante esta situación: la premiumización. Sin embargo, ¿qué es y en qué consiste? Precisamente en las siguientes líneas ahondaremos en este tema, además de que mencionaremos algunos ejemplos, para dar una mayor claridad.
Volvamos al ejemplo que mencionábamos al comienzo del artículo. tenemos un producto que es bastante conocido por el público, sin embargo, se decide que se haga una nueva versión, la cual, además de tener un proceso artesanal, está hecho con componentes orgánicos. De este modo transformamos el artículo de siempre, en otro distinto, por el cual las personas están dispuestas a pagar más que lo que desembolsan por el primero. Esto es un ejemplo de premiumización.
Pero, ¿qué es? Podríamos definirlo como el añadir un valor agregado a un producto ya existente, por el cual estén dispuesto a pagar más los clientes.
El valor agregado que se añade puede involucrar los materiales con los que se realiza comúnmente el producto, la modificación en el proceso que requiere, el packaging con el que cuenta, los estándares de calidad con los que se realiza o incluso el desempeño con el que cuenta.
Hacer que un producto pace por un proceso de premiumización puede hacer que los clientes estén dispuestos a pagar un 20 por ciento más del precio habitual que tiene, además que las nuevas generaciones como la X o la Z están dispuestos a desembolsar el dinero que sea necesario para adquirir artículos de mayor calidad o que les den un mejor rendimiento.