Se le llama gig economy (lo que podría traducirse por “economía de los pequeños encargos” o “economía de los bolos”) y define esa situación laboral a la contratación de trabajos esporádicos.
Este término no es nuevo, pues es un mundo laboral en la que nos contratan puntualmente para trabajos esporádicos en los que aportaremos todo lo necesario para la actividad.
Es decir, el gig economy en cuando te llaman para realizar un servicio, pones tu conocimiento, tu mano de obra y los medios precisos, cobras, das un porcentaje a la empresa mediadora y te vas a esperar el siguiente “bolo”.
En términos prácticos y para ejemplicar este término, tenemos a Uber, es una compañía que opera en el sector del transporte de viajeros pero no pone nada: no posee automóviles, no contrata conductores, tampoco busca los clientes.
Es una aplicación que pone en contacto a unos y otros, y que provee servicios puntuales de profesionales no cualificados y no sometidos a ninguna.
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