El modo en el que se trabaja con el marketing below the line ha cambiado en los últimos años, principalmente porque muchos dispositivos electrónicos son capaces de captar la información que generan los consumidores para transformarla en información y posteriormente en conocimiento estratégico, útil para la toma de decisiones que realiza una empresa para generar estrategias y campañas que satisfagan de modo más puntual y eficiente las necesidades de los clientes. En esta misma línea es como surge el marketing biométrico, sobre el cual te hablaremos en las siguientes líneas.
Se puede definir como marketing biométrico a la serie de técnicas y herramientas que ayudan a recolectar los datos tanto fisiológicos como del comportamiento del consumidor, cuya finalidad es la de precisamente transformar dicha data en información útil, para que sea convertida en conocimiento utilizado para fines mercadológicos y mercadotécnicos.
Un ejemplo es es lo que está haciendo Netflix con su aplicación, la cual, con ayuda de la cámara puede captar el movimiento de los ojos para seleccionar una película o para acceder a un determinado menú.
También se ha aprovechado el marketing biométrico por medir el ritmo cardíaco, entre otras cosas, por medio de dispositivos como relojes inteligentes, que ayudan a evaluar la salud de las personas con la finalidad de ofrecerles productos o servicios médicos y especializados según sea la situación.
Sin embargo, el marketing biométrico es considerado por muchas personas como intrusivo, puesto que muchas veces las personas no están conscientes de que se les están recolectando datos.
La recolección de datos biométricos como parte de este tipo de marketing también genera, al menos hasta ahora, en las personas la sensación de que están siendo vigilados en prácticamente cualquier momento. No obstante, esta información puede ser muy útil para dispositivos que están interconectados como pasa con el Internet de las Cosas..
