Si hay una característica de la época en la que vivimos actualmente es que todo pasa a una velocidad vertiginosa, principalmente a raíz de la digitalización. Por ejemplo, los consumidores buscan e-retailers que les entreguen lo más rápido posible los productos que compran sin tener que salir de su casa. Algo similar ha pasado con las empresas, particularmente las que son pequeñas. Este tipo de compañías buscan posicionarse rápidamente en el público y poder generar una importante cantidad de ganancias. ¿Cómo se puede lograr esto? La respuesta se puede haya en el growth hacking.
El growth hacking se considera como la serie de acciones, técnicas y estrategias que buscan incrementar generar una respuesta (más usuarios, ventas, visitas), la cual debe ser generada con un mínimo esfuerzo y con un gasto mínimo, de acuerdo con datos de 40 de Fiebre.
En la definición que propone Antevenio destacan algunos puntos clave: para realizar growth hacking algunas de las herramientas necesarias son la analítica web, las redes sociales, distintas técnicas de marketing e incluso ingeniería, con la finalidad de plantear un supuesto y poder determinar qué soluciones son las que funcionan mejor. Por lo tanto, se puede deducir que tiene una fuerte base científica, basada en la ley de la prueba y error.
Pero, ¿cómo es que nace el growth hacking? Ante la merma que dejaban muchas empresas (las cuales se pueden traducir finalmente en pérdidas), surgió esta propuesta, que tiene como finalidad de que las compañías dejen de desperdiciar.
Quien se dedica a esta área del conocimiento se le conoce como growth hacker, quien regularmente cumple con una serie de características, entre las que destacan el ser analítico, creativo, ágil y particularmente debe tener la capacidad de optimizar los procesos y los resultados por 10 al menos, de acuerdo con datos ofrecidos por 40 de Fiebre.
