Igual que pasa con los seres vivos, el marketing se encuentra en constante evolución, influenciado en parte por su entorno y adaptándose a los nuevos retos que se le presentan. Los avances tecnológicos han tenido un impacto profundo en el que las personas reciben y asimilan las campañas y estrategias que realizan las marcas. Ahora todo es cada vez más rápido, de tal modo que se le da prioridad a la inmediatez, pero sin perder de vista la calidad. Un ejemplo de esto es el surgimiento de lo que se conoce como fast content.
Pero, ¿qué es el fast content? Se puede definir como el contenido que es breve, concreto, pero con buena calidad, el cual regularmente aprovecha las nuevas tecnologías como escaparates, con la finalidad de que sean consumidos por de manera rápida por los usuarios.
Este tipo de contenidos fugaces, como también se les conoce, surgen a raíz de la constante necesidad de oferta que información que surge a raíz de los micro momentos y la necesidad de consumo que existe de los mismos. Esto ha provocado que salgan nuevos materiales y los anteriores sean rápidamente desechados.
Una de las principales funciones con las que cuenta el fast content es que puede generar un gran engagement entre los usuarios; sin embargo, las marcas y agencias que lo implementen deben ser creativos para captar muy rápidamente la atención del cliente y, al mismo tiempo, ofrecerle un material de calidad y relevante.
El fast content se ha posicionado como una de las tendencias de marketing para 2019, puesto han salido formatos como las stories (en primer lugar en Instagram, pero que también se ha implementado en sitios como Facebook y Whatsapp), los cuales permiten mostrar contenidos de manera rápida y sencilla, además de que en la actualidad, se ha comenzado a incluir publicidad en este tipo de espacios.
