El blockchain o cadena de bloques es, tal como su nombre lo indica, una cadena de datos protegidos criptográficamente. Y aunque esta tecnología vio la luz desde los años noventa, no fue hasta el 2008, con la llegada del bitcoin, que su reconocimiento creció.
Esta tecnología, que representa una revolución ante la situación económica mundial, permite tener actividad con recursos que no estrictamente deben ser de carácter monetario, permitiendo también eliminar a los bancos intermediarios, de los que es imposible prescindir cuando realizamos transacciones tradicionales.
Con “transacciones tradicionales” nos referimos a que cuando es necesario realizar una transferencia de 500 pesos, por ejemplo, lo normal es acudir a un banco a realizar un depósito para que otra persona, en otro banco, pueda cobrarlo.
Lo que sucede en la institución bancaria de manera interna, es que se eliminarán esos 500 pesos de tu cuenta, avisando de manera instantánea al banco del acreedor, que esos 500 pesos deberán ser sumados a su cuenta, de modo que puedan cobrarse sin problemas. Por supuesto que las dos partes de este movimiento bancario, (el que deposita y el que cobra), deberán estar sujetos a las condiciones de sus instituciones, dependiendo de ellas para completar la transacción.
Por su parte, la cadena de bloques, tal como ya se ha mencionado, elimina a los intermediarios, permitiendo a cada cuentahabiente la administración de sus propios recursos gracias a un gobierno descentralizado, volviéndose parte de toda una cadena de millones de nodos que también son partícipes.
Lo que opinan los consumidores del blockchain
Según un reporte de BitInfoCharts, solamente el 0.22 por ciento de la población a nivel mundial cuenta con una gestión de recursos a través de blockchain, por lo que es posible que el resto de las personas ni siquiera conozca el concepto de esta tecnología.
Por su parte Ramses Villela, CEO de Cryptomillions, señala que el crecimiento del blockchain avanza a paso lento debido a su complejidad, ya que hoy en día, los consumidores prefieren formas más prácticas de realizar transacciones, tales como aplicaciones bancarias, que permiten un manejo mucho más sencillo de sus finanzas.
Del mismo modo, el especialista apuntó que con base en la actividad actual de estas tecnologías, es posible estimar que por lo menos en los próximos cinco años, no habrá una penetración mayor al 5 por ciento.