Debido al alto retorno de inversión que genera, el marketing directo es uno de los canales del below the line que ocupan las marcas para conectar con sus clientes. Cuenta con distintas técnicas y herramientas, como, por poner algunos ejemplos, los programas de lealtad, el CRM y el SMS marketing. Sin embargo, una de las estrategias que sigue siendo muy utilizada por muchos sectores, como el bancario, es el telemarketing. No obstante, no todas las acciones de telemercadeo que se realizan son iguales, sino que suelen dividirse en activas y pasivas.
El telemarketing activo es que en la que un agente le marca a un cliente, cuya información ha conseguido previamente y tiene concentrada en una base de datos. Las finalidades de la campaña varían mucho, puede ser para promocionar un producto, para darle seguimiento a un servicio con el que se cuenta, por mencionar tan sólo algunos ejemplos.
Un ejemplo es cuando llaman de un banco o una aseguradora para ofrecer un producto bancario o un seguro de vida. El agente se comunica, pide hablar con el titular de la línea y le explica los beneficios que tiene el producto, así como el modo en el que puede conseguirlo.
En contraste, el telemarketing pasivo el cliente se comunica con un centro de contacto, cuyo número ha conseguido previamente, ya sea para adquirir un producto o servicio o para dejar un comentario, queja o crítica sobre un artículo en particular.
Posiblemente el lector recuerda que en ciertos canales de televisión, luego de cierta hora, comenzaban a pasar comerciales, cuyos productos podían ser comprador por los televidentes con una llamada, para lo cual telefoneaban a un centro de contacto, cuyo número habían visto en el comercial, y adquirían el producto. Otro caso es cuando una persona llama a su servicio de televisión de paga para que le extiendan su plan.
