El below the line es una de las ramas de las mercadotecnia que cuentan con una gran diversidad de canales. Sin embargo, hay algunos de ellos que, por su cercanía, llegan a confundirse. Esto sucede, por ejemplo, entre el marketing directo y el interactivo. Aunque hay momentos en los que son muy similares, lo cierto es que son conceptos totalmente distintos, por lo que vale explicar cuáles son las diferencias que existen entre uno y otro, lo cual trataremos en las siguientes líneas.
El corazón del marketing directo son las bases de datos, por medio de las cuales se pueden generar campañas. Si bien es cierto que algunas de sus estrategias de llevan a cabo en línea (como, por ejemplo, el emailing), hay muchas otras que se pueden realizar de manera offline, como las ventas por catálogo, los programas de lealtad y el telemarketing.
En el caso del marketing interactivo, todas y cada una de las acciones que se pueden realizar se llevan a cabo online: algunas de sus principales herramientas son el content marketing, el social media e incluso el internet de las cosas.
Sin embargo, una de las diferencias más importantes entre el marketing directo y el interactivo es que éste segundo, como lo menciona su nombre, fomenta genera acciones que conllevan que las personas interactúen con la marca de manera activa; sin embargo, en el primero se caracteriza por comunicarse con el cliente de manera directa y si es posible personalizada.
Podría decirse que en el marketing interactivo la comunicación entre la marca y el público es bidireccional, mientras que en el marketing directo es personalizada y directa, como ya se ha mencionado. Por lo que otra de las grandes diferencias entre un tipo de mercadeo y otro radica precisamente en este punto.
Aunque hay puntos en los que ambos tipos de marketing convergen, es importante tener estas diferencias presentes.